Villedieu | Cour aux MoinesVilledieu | Cour aux Moines
©Villedieu | Cour aux Moines|Anibas Photography

Girando por las calles de Villedieu-les-Poêles

No hay nada como pasear por las encantadoras calles de Villedieu-les-Poêles, donde los adoquines parecen susurrar historias olvidadas. Villedieu, pequeña ciudad auténtica con un patrimonio arquitectónico bien conservado, le encantará por su apacible estilo de vida. Aquí, el susurro regular del Sienne, el río que atraviesa la ciudad, invita a la contemplación y al descanso…

Nuestro paseo comienza en el Parc de la Commanderie, un pequeño remanso de verdor entre dos brazos de la Sienne, donde se pueden ver los antiguos secaderos de pieles, edificios con fachadas aireadas de listones de madera. Aquí se reunían los curtidores y marroquineros para lavar las pieles en la Sienne antes de secarlas.

Ahora caminamos por la semipeatonal rue du Docteur Havard para llegar a los lavaderos. Con sus casas burguesas de fachadas de granito que parecen inclinarse graciosamente hacia el paseante, a esta calle no le falta encanto. Nos tomamos el tiempo de admirar la pequeña plaza adoquinada del Pussoir Fidèle, donde imaginamos a las lavanderas del siglo pasado en plena conversación, con cestas de ropa mojada bajo el brazo.

Cruzamos el puente que lleva a la plaza pública. En cualquier época del año, la vista le maravillará. En invierno, los tejados de los lavaderos están a veces adornados de nieve, mientras que la torre de la iglesia resplandece débilmente bajo el tímido sol de la estación. En primavera y verano, las orillas de la Siena se llenan de flores y el verde contrasta agradablemente con la piedra y la madera de los lavaderos. Espacio exclusivamente femenino, el lavadero era el lugar ideal para ponerse al día de los últimos cotilleos, pero también para crear una auténtica comunidad muy unida en la que las preocupaciones de unas se convertían también en las de otras.

Abandonamos la plaza para dirigirnos a la Cour du Foyer. Ejemplo notable de la arquitectura típica de Villedieu, este patio-taller, al igual que los otros cuarenta patios que salpican la ciudad, servía de vivienda y taller a los gremios de caldereros que hicieron de Villedieu la joya de la corona de la artesanía del cobre. Los días soleados permitían a los obreros trabajar al aire libre, dando forma al metal sobre troncos de madera utilizados como moldes. Con sus escaleras de hierro forjado, sus arcos de piedra, sus ventanas arqueadas y sus macetas con flores, estos pequeños patios tienen un ambiente único que no encontrará en ningún otro lugar.

Así termina este paseo por las calles de Villedieu-les-Poêles, entre patios de talleres y lavaderos, donde cada rincón, cada detalle arquitectónico, cada encuentro fortuito evoca un patrimonio rico y vibrante.

Nos gusta

 el murmullo del río Siena mientras paseamos
 Pasee tranquilamente por las callejuelas
 Talleres boutique con coloridos escaparates
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